viernes, 25 de febrero de 2011

TWO "VOYEURS"


Todo volvió a la normalidad, Rob Halford está en Judas Priest y ejerciendo de “Metal God”. Pero si echamos la vista atrás nos acordaremos en que hubo unos años en que no se sentía cómodo con esa etiqueta. Abandonó a los Judas convencido de que su futuro estaba en las nuevas tendencias metálicas, primero probó suerte con los mediocres Fight con los que no grabaron nada que revolucionara la escena, y después, ya en plena marea alternativa, perdió los papeles y montó el proyecto industrial Two con los que tocó fondo. Todo lo sucedido en esa época fue bastante cómico. Nuestro querido “Metal God” vio en el éxito de bandas como Nine Inch Nails y Marilyn Manson una puerta abierta para desplegar toda su creatividad y consiguió convencer al mismísimo Trent Reznor para que le financiara este bodrio. La música en si no hay por donde cogerla. Se trata de metal industrial de ínfima calidad con unas composiciones que parecen hechas por un niño de cinco años. Pero lo mejor vino después, a la hora de promocionar este engendro. Sintiéndose libre de las ataduras propias de un género como el Heavy Metal, decidió que ya era hora de dejar salir a la loca que llevaba dentro e hizo público el secreto más conocido en el mundo del rock: que era gay. Si se observa el libreto del CD de Two, ya se ve a un Halford liberado: con maquillaje, pieles…Era un hombre nuevo. Y la serie de declaraciones que hizo durante la promoción de esta magna obra tampoco tienen desperdicio. “Quiero hacer un álbum dance, no techno exactamente, pero si algo que sea exclusivo para que la gente baile. El genero dance es todo un mundo en si mismo”. ¿Era esta la misma persona que grabó “Defenders of the faith” o “Painkiller”? Posteriores comentarios sobre su sexualidad las omitiremos porque llegó un momento en que la cosa dejó de tener su gracia pasando a sonrojar a todos los que hemos sido sus fans. Cuando Rob vio que sus piropos al mundo industrial y dance no le eran correspondidos volvió a enfundarse su traje de “Leather”, se montó en su Harley y volvió al “cerrado” mundo del metal, donde por supuesto fue recibido como un hijo pródigo y es que en el reino metálico hay mas alegría por un pecador arrepentido que por mil devotos que no hayan traicionado la fé.

jueves, 24 de febrero de 2011

MANOWAR: "BATTLE HYMNS MMXI"


Hoy toca flamante apretón próximo en el tiempo. Calentito y humeante, como un buen zurullo recién plantado en pleno campo de batalla, entre gritos de agonia y éxtasis. Un cagarro superlativo, de los que harían ruborizar de orgullo al mismísimo Thor. Nada menos que la fotocopia deluxe (es un decir) del clasicazo Battle Hymns, regrabado con mejor tecnología y medios, pero con nula vergüenza.
Nada que objetar frente a su magnífica colección de canciones: himnos como «Metal Daze», «Fast Taker» o «Shell Shock» siguen sonando igual de bien que hace veintiocho años, pero... ¿qué necesidad tenían estos tipos de retocar lo intocable? Según DeMaio y compañía, la razón de semejante cirugía plástica obecede a la necesidad de adaptar su obra a los nuevos tiempos, haciéndola sonar "más fuerte y mejor". Los cojones. Porque esta versión MMXI no ofrece absolutamente nada más aparte de un sonido más limpio y una preocupante ausencia de ideas y dignidad (una lástima, porque con su sinfónico Gods of War la banda parecía aplicar una ligera evolución sónica a su propuesta). Para perpretar el crimen, Manowar han echado mano de su batería original -Donnie Hamzik- (olvidando, de paso, la imprescindible hacha del mítico Ross The Boss) y, a falta de Orson Welles, han solicitado los servicios del cada vez más metalizado Sir Christopher Lee para dar vidilla al clásico «Dark Avenger». Pero ni Drácula es capaz de salvar este pedazo de ignominia barbárica... y es una pena, porque a los fans más locos parece que les ha chiflado la cosa. Así que tiemblen ustedes y prepárense para lo peor: ¿Into Glory Redux? ¿Hail II England? Miedo, mucho miedo.

sábado, 12 de febrero de 2011

BOBBY & THE MIDNITES-WHERE THE BEAT MEETS THE STREET

Posiblemente el disco más flojo producido por un miembro de Grateful Dead. Si, amigos, Bob Weir también pegó un patinazo histórico con esta aberración. Otra víctima de las producciones ochenteras. De poco sirve que aquí estén Billy Cobham, Kenny Gradney (Little Feat) o Bobby Cochran (Steppenwolf). La culpa no fue sólo del tío Bob, ya que toda la banda colabora en  esta chapuza. monumental y patatera.No es que los temas sean malos, ni tampoco las colaboraciones (Brian Setzer y Steve Cropper cuelan alguna guitarra, supongo que por amistad con los músicos). Simplemente, se dedicaron a elaborar un producto destinado a  triunfar en las FM. El título de uno de los temas, "Rock In the 80´s", ya avisa de que va la cosa. Mucha gente sucumbió a la modernización de su sonido en esa época.Pese a que el disco entró en los charts ,no consiguieron los objetivos deseados, por lo que este segundo álbum se consolidó como su testamento discográfico. Otro vinilo destinado a acabar en las cubetas de saldos, como en el caso de un servidor , que se lo agenció por media libra en las tiendas de segunda mano londinenses.

viernes, 11 de febrero de 2011

PINK FLOYD "UMMAGUMMA"

Vamos a situarnos en el contexto histórico. Corre el año 1969 y Pink Floyd aún no han alcanzado el éxito masivo, pero son una de las bandas con más prestigio de la era psicodélica. Este reconocimiento y las alabanzas que les dedica cierto tipo de prensa vanguardista, especialmente la francesa, consigue que se les disparen los egos y entran en el estudio dispuestos a darnos una lección de “Avant-garde”. Por extraño que parezca la culpa de este desastre no es exclusiva de Roger Waters, ya que el álbum está planteado como si fueran cuatro discos en solitario, ocupando cada uno de los miembros una cuarta parte del minutaje, asi que tenemos a cuatro tipos dejando fluir la “inspiración” sin ningún tipo de restricciones. Es muy díficil destacar quien de ellos sale mejor parado porqué el nivel de las “composiciones” es mas que lamentable. Rick Wright estoy convencido que grabó sus partes después de haber visto cualquier film de la Hammer y en cambio a Nick Mason se le ve mas influenciado por “El planeta de los simios” porqué su “The grand vizier´s garden party” encaja mas en la mítica película que no en un disco de rock. No debemos olvidarnos de ese solo de bateria que nos endosa sin venir a cuento (empiezo a entender su poca participación compositiva en posteriores obras). Waters en su constante ego-trip nos regala la peor composición no sólo del álbum, sino de la historia. Semejante delicatessen merece un título a la altura: “Several species of small furry animals gathered together in a cave and grooving with a pict”. En ella Roger nos da su visión de la vida de unos animalitos en una cueva, porque eso es lo que suena en todo el tema: extraños ruidos de animales. Finalmente Gilmour nos da toda una lección de desgana rasgando tanto en acústico como en eléctrico los primeros acordes que se le pasan por la cabeza, aunque hay que decir en su favor que es el único que se digna a componer una canción, pésima pero que sabe a gloria entre tanta “experimentación”. Resumiendo, un perfecto ejemplo de vanguardismo mal digerido. Como apunte final decir que el álbum es doble siendo el otro disco un directo muy recomendable que demuestra que los Floyd de aquella época salvo este tropezón eran una banda fantástica

jueves, 10 de febrero de 2011

JIMMY PAGE: "DEATH WISH II"


Dos años después de la separación de Led Zeppelin, y todavía tocado por la muerte de su colega Bonzo, un confundido -y bebidísimo- Jimmy Page trataba de levantar el vuelo de una prometedora (es un decir) carrera en solitario. Quizás por adelantarse al lúbrico Plant, que ya anunciaba debut album (el más que recomendable Pictures At Eleven), o probablemente por mero aburrimiento, el bueno de Zoso tiró adelante -y en tiempo récord- una chaladísima oferta: componer la banda sonora de la secuela cinematográfica de Yo Soy La Justicia.
Ni corto ni perezoso, el diabólico guitarrista se rodeó de algunos de sus amigos (entre ellos, el vocalista Chris Farlowe, de Atomic Rooster, y el Pretty Things Gordon Edwards) y registró en pocas semanas el envoltorio sonoro perfecto para las aventuras fascistonas del bigotón Charles Bronson, consiguiendo un resultado a la altura de las circunstancias: al igual que el film, la bso firmada por Page es un encantador bodrio repleto de caspa y momentos entrañables.
Desde el hardrock macarra de «Who's To Blame» a la más AOR «City Sirens» y la cachonda grand finale de «Hypnotizing Ways (Oh Mamma)», Death Wish II es un simpático despropósito muy anclado en su tiempo, con algún que otro guiño -llamémosle déjà vu- a Led Zep y varios interludios musicales que jamás asociarías a la mano que riffeó himnos como «Immigrant Song» o «Trampled Under Foot» (terribilísimas «Carol's Theme» y «Hotel Rats and Photostats»). Aprobado por los pelos, aunque con mucha gracia.



martes, 8 de febrero de 2011

JESULÍN DE UBRIQUE: "JESULÍN"


Un pedazo de disco con valores y pleno sentido. ¡Ay de aquellos que se mofan de semejante tótem discográfico! Qué fácil resulta reirse de los pioneros y los valientes desde el burladero, ¿eh, cobardes? Pues desde aquí vamos a romper una lanza a favor de "Jesulín", primer y último lanzamiento sonoro del torero más mediático de las últimas décadas.
Corría 1996 y el de Ubrique se encontraba en el punto más álgido de su ego-trip en los mass-media: abarrotaba plazas de toros con hembras que le tiraban las bragas, se codeaba con la crème de la crème del artisteo y, para colmo, sus sesiones de karaoke berreando canciones de Julio Iglesias siempre se saldaban con vítores y aplausos. ¿El siguiente paso lógico?: grabar un disco, por supuesto. La idea tampoco era nueva, ya que otro insigne matador -El Cordobés- había hecho lo propio veinte años atrás (para el recuerdo quedan sus perlas «Borriquillo Retozón» y «Mira Lo Que Tengo»), pero vayamos a lo que realmente importa. "Jesulín, The Album", es una barbaridad sónica que, a fecha de hoy, todavía pone la piel de gallina.
Soft-pop de meublé rancio, con arreglos que harían sonrojar a Betty Missiego y un arrojo vocal que convertiría a Jose Luis Perales en el mismísimo Tom Araya. Todo muy duro y escalofriante, muy in-your-face. Una apuesta al límite, sólo para estómagos muy entrenados, donde temazos del calibre de «El Amor es un ciclón» o la muy AOR «Rompamos» dan la mano a versiones para el recuerdo («Háblame del mar, marinero» o la sencillamente magistral lectura del «Me va, me va» de Julito), redefiniendo el término "canción ligera" o "charanga romántica" hasta extremos antes no conocidos.
Mucha risa, sí, pero "Jesulín" arrasó en ventas (llegó a disco de oro) y, como poco, nos dejó un himno que -tres lustros después de su lanzamiento- todavía se corea en bodas y despedidas de soltero: la archiconocida «Toda», un prodigio de dicción pop del que debería tomar nota el bueno de Ozzy Osbourne. Pues eso: apretón o no, "Jesulín" permanece hoy el día como el "Never Mind The Bollocks" de un artista que no necesitó secuelas baratas para demostrar que lo suyo, dentro y fuera de plazas y escenarios, era im-prezionante.

viernes, 4 de febrero de 2011

CHRIS CORNELL: "SCREAM"


Un despropósito en toda regla. De esos que te persiguen toda la vida, por mucho que trates de arreglar las cosas después, justificándote por algo que en su momento vendías como "el mejor material que he grabado jamás" (y eso, viniendo de un tipo que puso voz y corazón a entes tan fabulosos como Soundgarden y Temple of the Dog, es decir MUCHO).
Todavía debe estar maldiciéndose el amigo Chris del apretón de modernidad que le entró cuando decidió parir este artefacto junto al reputadísimo (es un decir) productor-de-estrellas Timbaland. Parece ser que sus eclécticos discos como solista o su lucrativa -aunque respetable- aventura con Audioslave no le bastaron para desplegar al máximo su creatividad artística, así que optó por un 'más-difícil-todavía' que haría palidecer a la mismísima Lady Gaga.
El sofrito de pop mierdoso, R&B blandengue y mierda electro-bailable deluxe recogido en los interminables cortes de Scream es para mear y no echar gota. Vamos, que te dicen que es un 'disco de broma' y te lo crees. Porque, en serio... ¿qué diablos ocurrió para que el tío que vociferaba «Jesus Christ Pose» o «Birth Ritual» se trasmutara en un discípulo pavisoso de Coyote Dax y Justin Timberlake? La pregunta, como el grito, queda en el aire. Que se la lleve el viento...

JEAN BEAUVOIR "CHAMELEON"


Está muy claro que Jean Beauvoir pasará a la historia por haber sido el bajista de los imprescindibles Plasmatics, aunque su carrera posterior también ha tenido buenos momentos. Su pasión por la melodía le llevó a grabar buenos discos A.O.R. con las bandas Voodoo X y Crown of Thorns, y tampoco debéis olvidar que durante una temporada fue un colaborador habitual de Kiss, tocando partes de bajo en “Animalize” e incluso llegó a componer la infravalorada “Thrills in the night” junto a Paul Stanley. Tras muchos años de diversos proyectos por fin se decidió a publicar su primera obra como solista y el resultado fue sencillamente nefasto. Aquí no hay nada que se salve, todo suena a esa especie de pop-soul que tanto gusta en la MTV hoy en día. Repelentes coros femeninos mezclados con ritmos programados dominan todo el álbum y hasta su estupenda voz suena totalmente azucarada y babosa. No voy a destacar ningún tema porque es una tarea sencillamente imposible, las composiciones son tan lamentables que tildarlas de mediocres sería un halago. La gota que colma el vaso es ver al letal Lionel Richie ayudando en la composición de algún tema y es que Jean realmente se propuso sorprendernos a todos con este álbum. De todas maneras fue un disco que si se hubiera promocionado por vías absolutamente comerciales hubiera podido llegar a triunfar. Y mucha falta le hubiera hecho encontrar una nueva audiencia porque no creo que después de esto le quedara ni uno solo de sus antiguos fans.