miércoles, 4 de enero de 2012

RED HOT CHILI PEPPERS-CALIFORNICATION

Después que el matrimonio de conveniencia entre el grupo y Dave Navarro fracasase estrepitósamente, (Un correcto , pero cansino con el tiempo "One Hot Minute") John Frusciante volvió a la banda. Pero poco podía arreglarse; el daño estaba hecho ya. Un grupo totalmente acabado, sin magia ni pasíón , rendido a las puertas del mainstream. En definitiva, una máquina de hacer dinero y pocas ideas. Es la factura que pagaron por el éxito. Ni el retorno de su guitarrista ni la producción de Rick Rubin ayuda. Lo que aqui se establece es la pauta que han ido siguiendo a en los últimos años; medios tiempos sin garra, baladas babosas pasto de quinceañeras, nulo interés por evolución artística, etc . El single  "Scartissue" ya vaticina el desastre  y el tema que da título al álbum deja bien claro el planteamiento de los Peppers post Blood Sugar Sex Magik ; llegar a conquistar el mundo a base de perder su dignidad como banda. Es por eso que hoy en día agotan todo un Palau Sant Jordi y es por eso que los seguidores de "Mother´s Milk" sólo podemos sentir asco por ellos.

jueves, 19 de mayo de 2011

IRON MAIDEN "VIRTUAL XI"


Que quede bien clarito desde un principio. Amo a Iron Maiden, considero que se encuentran por méritos propios entre las bandas más grandes de la Historia. No concibo mi existencia sin la compañía que me proporcionó la discografía del grupo hasta Seventh Son Of A Seventh Son. La música que creó la banda de Steve Harris durante el periodo 1.980-1.988 fue intachable, esos 7 primeros discos de estudio son sagrados. Iron Maiden, Killers, The Number Of The Beast, Piece Of Mind, Powerslave, Somewhere In Time y Seventh Son Of A Seventh Son, una trayectoria tan sólo al alcance de los grandes del Rock, nada que envidiar a los álbumes clásicos de Sabbath, Purple o U.F.O., quien piense lo contrario está equivocado. Mi interés por la obra de Maiden fue decreciendo al mismo tiempo que lo hacía la calidad de sus discos. No descubro nada nuevo al afirmar que los dos últimos títulos que grabaron en la primera etapa Dickinson –No Prayer For The Dying y Fear Of The Dark-, pese a contar con algunos temas memorables, comenzaban a mostrar tanto un evidente estancamiento en la composición, al mismo tiempo que una clara dejadez en la composición y acabado de muchos de los cortes incluidos. De los cinco años en que contaron con la voz de Blaze Bailey (1.993 a 1.998), casi mejor no hablar (aunque lo haremos). Es bien cierto que la papeleta que le tocó al bueno de Bailey no era nada fácil. Sustituir a Bruce Dickinson, uno de los cantantes y frontmen definitivos de la historia de la música popular, no lo puede asumir cualquiera, y al hacerlo, el ex Wolfsbane demostró unas agallas que ya quisiéramos algunos a la hora de afrontar muchas situaciones en nuestra vida cotidiana. Además, el pequeño vocalista de Birmingham, siempre me demostró ser un buen tipo en las ocasiones en que cruzamos nuestros caminos, un currante humilde que lo hizo lo mejor que pudo, y que se erigió en protagonista no deseado de una época oscura, tanto para Maiden, como para el Heavy Metal en general. Los dos discos que grabaron en este negro periodo no son dignos del legado de Iron Maiden, por mucho que Steve Harris y cuatro snobs indocumentados quieran hacernos creer. The X Factor –el disco con el inicio menos afortunado de la historia, la inaguantable ‘The Sign Of The Cross’- tenía algún momento interesante, aunque estuvo claro desde las primeras notas que Bailey no era el cantante adecuado para las canciones de Harris y compañía. Juro que lo he intentado en numerosas ocasiones, pero no hay remedio. No puedo con las composiciones plomizas e inacabables que nos ofrecieron durante la mayor parte de los 70 minutos que se alargaba el disco de marras. La voz del nuevo vocalista de la banda, lineal y anodina como pocas, era sin duda la gran culpable de ello, tal y como nos demostró Dickinson años más tarde interpretando con gran acierto parte de este material en directo. Sería justo reconocer la validez, al menos anecdótica, de The X Factor, si tenemos en cuenta lo que nos esperaba tres años más tarde con Virtual XI. El segundo, y último álbum de esta etapa, es sin duda, uno de los discos más execrables compuestos en la Historia del Rock. No merece la pena ni entrar en detalles, tan sólo recordar que Maiden tuvieron la brillante idea de promocionar este engendro disfrazados de futbolistas, que editaron como primer single un bodrio de casi diez minutos llamado ‘The Angel And The Gambler’ (Harris no se cansó de repetir que la pieza estaba claramente influenciada por los Who de ‘Won’t Get Fooled Again’, una manera de recuperar algo de credibilidad rockera, supongo), y que contiene la que sin duda alguna es la peor canción de la historia de la banda, ‘Don’t Look To The Eyes Of A Stranger’, 8 largos minutos de inacabable castigo, la gota malaya aplicada al universo Maiden. Aunque, pensándolo bien, el trofeo a la Maiden's worst song quizás le correspondería a ‘Virus’, la canción que incluyeron como reclamo para vender su compilación Best Of The Beast en 1.996. No puedo llegar a entender cómo los compositores de ‘Run To The Hills’, ‘The Trooper’ o ‘Children Of The Damned’ pudieron salir orgullosos del estudio tras registrar semejante pedazo de mierda. Y no, no admito que Virtual XI se salva de la quema porque contiene ‘The Clansman’. Aunque el grupo y parte de su parroquia más jovencita se empeñen en convertir a dicha pieza en un clásico, desde este momento declaro que escucharla supone un esfuerzo titánico por mi parte, un aburrimiento absoluto de canción que no aguanta comparaciones con otros temas extensos del catálogo pretérito Maiden como ‘To Tame A Land’ o ‘Phantom Of The Opera’, por poner tan sólo un par de ejemplos.
Por suerte, todo este cúmulo de despropósitos llegó a su final con el regreso al redil de Dickinson y Adrian Smith, con la edición del excelente Brave New World en 2.000, y con el emocionante espectáculo que supuso su consiguiente gira (sin olvidar el Ed Hunter Tour, la mini gira de Greatest Hits que organizaron un año antes y que nos aplastó a todos en su paso por Badalona). Sin duda, las canciones del disco de reunión, sonaban como la continuación lógica a Seventh Son..., temas como ‘Ghost Of The Navigator’, ‘The Nomad’ o ‘Dream Of Mirrors’ enlazaban perfectamente con ‘Infinite Dreams’ o ‘Only The Good Die Young’, el último material realmente brillante del grupo. La dura realidad es que los dos últimos trabajos del grupo (Dance Of Death (2.003) y A Matter Of Life And Death (2.006), no han mantenido el nivel, y que nos presentan a una banda repitiendo esquemas una y otra vez sin ningún tipo de brillantez. Esto no ha impedido que el sueño, a priori imposible, que tuvo Steve Harris a mediados de los 70 se haya cumplido: conseguir elevar a Iron Maiden a lo más alto, convertir al sexteto en una enorme entidad por encima del bien y del mal. Los antiguos residentes del Pub Ruskin Arms se han transformado por méritos propios, y por la tozudez del bajista, en una máquina que llena estadios independientemente del territorio en el que se encuentre. Una leyenda que nos alegra la vida de forma regular, si no con sus nuevas composiciones, sí con un constante goteo de material clásico en DVD o con sus giras temáticas donde rememoran su etapa más brillante. Up the Irons!!
P.D.: Y sí, llámenme descerebrado o incluso algo peor. En mis estanterías reposan todos y cada uno de los discos arriba mencionados, con los respectivos singles editados para promocionarlos. Supongo que tal idiotez la provocó la escucha de ‘Where Eagles Dare’ (ese redoble de batería del recién llegado McBrain!!) hace ya unos lustros. Nadie es perfecto. (Texto cortesía de Xavi Rulló)

martes, 5 de abril de 2011

ROBERT MITCHUM "CALYPSO -IS LIKE SO..."


Robert mitchum es uno de los personajes más grandes que ha pisado el planeta, y el que diga lo contrario está negando una evidencia. Maravilloso actor, recordad antológicas interpretaciones como “La noche del cazador” o “Con él llegó el escándalo”. Poseedor de un carisma brutal, tanto en la pantalla como fuera de ella, toneladas de actitud, y también una desvergüenza absoluta a la hora de afrontar cualquier reto en esta vida. Quizás su faceta menos conocida sea la que nos ocupa, la de divertidísimo cantante de calypso. Robert descubrió este fascinante género músical en Trinidad durante el rodaje de uno de sus films y de vuelta a Hollywood decidió expandir el poder del calypso por todo el mundo. Todo en este álbum es delirante, desde la insuperable carátula (una de las mejores de la historia) en la que Mitchum muestra claras sus prioridades en esta vida: alcohol, tabaco y mujeres. Hasta los títulos de los temas, “clásicos” como “From a logical point of view “, “Tic, Tic, Tic”, “I learn a merengue mama” o “They dance all night”. Pero no sólo penseis en él como un tipo frívolo, también tenía su conciencia social. Así lo demuestra la canción “Where is this generation going to?” adelantándose en varios años a Bob Dylan. ¿Y su voz? No es Elvis, pero con su falta de complejos convierte unos temas nefastos en una auténtica fiesta.
Actualmente este álbun está reeditado en CD y es fácil de localizar y además se incluyen unos bonus imprescindibles en los que nuestro querido Robert se atreve con el Country. Estilo en el que también se desenvuelve como pez en el agua metiéndose en la piel de Johnny Cash sin ningun tipo de vergüenza.

miércoles, 2 de marzo de 2011

THE REAL MILLI VANILLI: "THE MOMENT OF TRUTH"

Una de las pocas ocasiones donde lo genuino es humillado por el mero y vil sucedáneo. En serio, este pretendido -y pretencioso- arrebato de autenticidad y pundonor (a la fuerza) poco tenía que hacer frente a su versión original y fraudulenta. Shame on you!! ¿De qué les sirvió a estos pobres diablos dárselas de artistas íntegros cuando meses antes simplemente ejercían de ventrílocuos de los gigantescos Rob y Fab? De nada, porque meses después de editar su primer disco 'oficial', vanidosamente titulado "El momento de la verdad", John Davis y compañía fueron ignorados masivamente y su valiente renacimiento artístico (risa diabólica) fue a parar a las cubetas de saldo de cabeza.
Aceptémoslo: la Bella, aún mentirosa, siempre es más atractiva que la esforzada Bestia. Los playbacks de «Blame It On The Rain» o «Girl You Know It's True» se mean en todos los «Keep On Running» y «Body Slam» del mundo, por mucho que estos esten entonados con prístina y aterciopelada voz. Así de claro. Preferimos una mentira con buenas trenzas a una verdad de baratillo (por mucho que sea 'su momento'). Puestos a tragarnos la pantomima, al menos que esta luzca bien a cámara...

viernes, 25 de febrero de 2011

TWO "VOYEURS"


Todo volvió a la normalidad, Rob Halford está en Judas Priest y ejerciendo de “Metal God”. Pero si echamos la vista atrás nos acordaremos en que hubo unos años en que no se sentía cómodo con esa etiqueta. Abandonó a los Judas convencido de que su futuro estaba en las nuevas tendencias metálicas, primero probó suerte con los mediocres Fight con los que no grabaron nada que revolucionara la escena, y después, ya en plena marea alternativa, perdió los papeles y montó el proyecto industrial Two con los que tocó fondo. Todo lo sucedido en esa época fue bastante cómico. Nuestro querido “Metal God” vio en el éxito de bandas como Nine Inch Nails y Marilyn Manson una puerta abierta para desplegar toda su creatividad y consiguió convencer al mismísimo Trent Reznor para que le financiara este bodrio. La música en si no hay por donde cogerla. Se trata de metal industrial de ínfima calidad con unas composiciones que parecen hechas por un niño de cinco años. Pero lo mejor vino después, a la hora de promocionar este engendro. Sintiéndose libre de las ataduras propias de un género como el Heavy Metal, decidió que ya era hora de dejar salir a la loca que llevaba dentro e hizo público el secreto más conocido en el mundo del rock: que era gay. Si se observa el libreto del CD de Two, ya se ve a un Halford liberado: con maquillaje, pieles…Era un hombre nuevo. Y la serie de declaraciones que hizo durante la promoción de esta magna obra tampoco tienen desperdicio. “Quiero hacer un álbum dance, no techno exactamente, pero si algo que sea exclusivo para que la gente baile. El genero dance es todo un mundo en si mismo”. ¿Era esta la misma persona que grabó “Defenders of the faith” o “Painkiller”? Posteriores comentarios sobre su sexualidad las omitiremos porque llegó un momento en que la cosa dejó de tener su gracia pasando a sonrojar a todos los que hemos sido sus fans. Cuando Rob vio que sus piropos al mundo industrial y dance no le eran correspondidos volvió a enfundarse su traje de “Leather”, se montó en su Harley y volvió al “cerrado” mundo del metal, donde por supuesto fue recibido como un hijo pródigo y es que en el reino metálico hay mas alegría por un pecador arrepentido que por mil devotos que no hayan traicionado la fé.

jueves, 24 de febrero de 2011

MANOWAR: "BATTLE HYMNS MMXI"


Hoy toca flamante apretón próximo en el tiempo. Calentito y humeante, como un buen zurullo recién plantado en pleno campo de batalla, entre gritos de agonia y éxtasis. Un cagarro superlativo, de los que harían ruborizar de orgullo al mismísimo Thor. Nada menos que la fotocopia deluxe (es un decir) del clasicazo Battle Hymns, regrabado con mejor tecnología y medios, pero con nula vergüenza.
Nada que objetar frente a su magnífica colección de canciones: himnos como «Metal Daze», «Fast Taker» o «Shell Shock» siguen sonando igual de bien que hace veintiocho años, pero... ¿qué necesidad tenían estos tipos de retocar lo intocable? Según DeMaio y compañía, la razón de semejante cirugía plástica obecede a la necesidad de adaptar su obra a los nuevos tiempos, haciéndola sonar "más fuerte y mejor". Los cojones. Porque esta versión MMXI no ofrece absolutamente nada más aparte de un sonido más limpio y una preocupante ausencia de ideas y dignidad (una lástima, porque con su sinfónico Gods of War la banda parecía aplicar una ligera evolución sónica a su propuesta). Para perpretar el crimen, Manowar han echado mano de su batería original -Donnie Hamzik- (olvidando, de paso, la imprescindible hacha del mítico Ross The Boss) y, a falta de Orson Welles, han solicitado los servicios del cada vez más metalizado Sir Christopher Lee para dar vidilla al clásico «Dark Avenger». Pero ni Drácula es capaz de salvar este pedazo de ignominia barbárica... y es una pena, porque a los fans más locos parece que les ha chiflado la cosa. Así que tiemblen ustedes y prepárense para lo peor: ¿Into Glory Redux? ¿Hail II England? Miedo, mucho miedo.

sábado, 12 de febrero de 2011

BOBBY & THE MIDNITES-WHERE THE BEAT MEETS THE STREET

Posiblemente el disco más flojo producido por un miembro de Grateful Dead. Si, amigos, Bob Weir también pegó un patinazo histórico con esta aberración. Otra víctima de las producciones ochenteras. De poco sirve que aquí estén Billy Cobham, Kenny Gradney (Little Feat) o Bobby Cochran (Steppenwolf). La culpa no fue sólo del tío Bob, ya que toda la banda colabora en  esta chapuza. monumental y patatera.No es que los temas sean malos, ni tampoco las colaboraciones (Brian Setzer y Steve Cropper cuelan alguna guitarra, supongo que por amistad con los músicos). Simplemente, se dedicaron a elaborar un producto destinado a  triunfar en las FM. El título de uno de los temas, "Rock In the 80´s", ya avisa de que va la cosa. Mucha gente sucumbió a la modernización de su sonido en esa época.Pese a que el disco entró en los charts ,no consiguieron los objetivos deseados, por lo que este segundo álbum se consolidó como su testamento discográfico. Otro vinilo destinado a acabar en las cubetas de saldos, como en el caso de un servidor , que se lo agenció por media libra en las tiendas de segunda mano londinenses.